China acaba de construir un puente colgante de récord: 800 metros de largo con una sola torre

China acaba de construir un puente colgante de récord: 800 metros de largo con una sola torre
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China suma un nuevo fichaje a su ya larga y fascinante lista de mega infraestructuras, una categoría con la que parece sentirse cómoda. El Gigante Asiático ultima la apuesta a punto de su última maravilla de la ingeniería: el puente Lvzhijiang, un viaducto de casi 800 metros que permitirá acortar de forma notable el viaje en coche entre las populosas ciudades de Yuxi y Chuxiong y, de paso, avanzar en los planes de Pekín de mejorar la conexión del país con el Sudeste Asiático.

Si Lvzhijiang destaca en el panorama de la ingeniería no es sin embargo por su longitud, muy, pero que muy por debajo de los 164 kilómetros del Gran Puente de Danyang-Kunshan, ni por su diseño o manejo de materiales, campos ambos en los que China ya ha demostrado también su habilidad. No. Lo increíble del viaducto de Lvzhijiang es su planteamiento: pese a que se alza sobre un profundo valle, con acantilados que superan los 300 metros de altura, se apoya en una única torre.

Y en eso, recalcan medios locales como South China Morning Post o Science and Technology Daily, el diario del Ministerio de Ciencia y Tecnología, sí que no le gana nadie. Su estructura lo convierte en el puente colgante de una sola torre y un único tramo más largo del mundo. Quienes recorran su vano se encontrarán con que se extiende 780 metros, lo que significa que ocupa casi toda la superficie del viaducto, de 798 m. Una auténtica virguería de la ingeniería china.

De hora y media a minutos

rerere Diseño del puente publicado por el Gobierno de Shuangbai.

El tablero acoge dos vías con cuatro carriles por los que los vehículos podrán circular a 100 kilómetros por hora. Aunque el Lvzhijiang probablemente haga sudar a los conductores con vértigo, revolucionará el transporte en la región. Según detallan medios locales, reducirá de forma notable el tiempo de viaje entre las ciudades de Yuxi y Chuxiong: un tramo que ahora exige una hora y media pasará a completarse —una vez estén conectados los dos extremos del viaducto y se salve el río que los separa— en un paseo de unos cuantos minutos en coche. Y con vistas.

Más allá del tráfico local y de su impacto en el entorno de ambas ciudades, con millones de habitantes, el viaducto forma parte de la nueva autopista que China está construyendo en la provincia de Yunan para mejorar la comunicación con países vecinos como Myanmar o Laos.

Precisamente para asegurarse de que la infraestructura estará preparada para acoger un intenso volumen de tráfico, hace solo unos días sus responsables la sometieron a “la gran prueba” —la frase es del propio Science and Technology Daily—: un exigente test de carga que garantiza que el tablero central, la torre y los cables estarán en condiciones de soportar el flujo de vehículos.

Durante ocho días el puente soportó un intenso trasiego de camiones. “La prueba proporcionará datos básicos para la aceptación del puente, su control y mantenimiento. También aportará datos para la investigación del rendimiento de estructuras similares a fin de mejorar la teoría del diseño y tecnología de la construcción”, detalla el diario del Ministerio de Ciencia y Tecnología chino.

A la hora de plantearse el desafío los responsables de la obra, construida por China Railway Bridge Bureau, optaron por instalar largos cables de suspensión fabricados en acero que se anclan en las montañas y ascienden en un ángulo de 54 metros. El viaducto conecta además con un túnel.

El resultado ha sido más que satisfactorio y ha permitido a Lvzhijiang arrebatar el récord que ostentaba hasta ahora otro puente que —sorpresa— se encontraba ya en Chino, el de Jinshajiang Hutiaoxia, viaducto colgante de una sola torre y de 766 m. Tanto sus datos como los de Luzhijiang quedan lejos en cualquier caso de los 2.023 metros del vano central del 1815 Çanakkale, el gigantesco puente que Turquía acaba de inaugurar en el estrecho de los Dardanelos.

Otro de los aspectos en los que destaca Lvzhijiang es en tiempos de ejecución. La construcción arrancó en 2019 y no se detuvo ni durante la pandemia. Gracias a su equipamiento tecnológico pudieron completar los trabajos en tres años para afrontar, ahora, las pruebas de carga.

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